Dedica 30 minutos antes de acostarte a actividades relajantes como leer, meditar o escuchar música suave. Mantener horarios consistentes para acostarse y levantarse ayuda a regular el reloj biológico.

La valeriana y la melatonina pueden ser útiles para conciliar el sueño. Consulta con una especialista en salud femenina antes de iniciar cualquier suplementación.

La luz azul de dispositivos electrónicos puede inhibir la producción de melatonina. Intenta reducir el tiempo frente a pantallas al final del día y, si es posible, mantén los dispositivos fuera del dormitorio.

Mantén el dormitorio fresco y utiliza sábanas de algodón transpirable para mitigar los efectos de los sofocos nocturnos. Invertir en cortinas opacas puede ayudar a bloquear la luz externa, favoreciendo un ambiente oscuro y tranquilo.

Limita la ingesta de cafeína por la tarde y noche, ya que puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, dificultando el sueño. Opta por infusiones relajantes como la manzanilla antes de acostarte.

Ejercicios de respiración profunda pueden ayudarte a relajarte y preparar el cuerpo para el descanso. Inhala profundamente por la nariz contando hasta cinco, luego exhala lentamente por la boca.

Realizar ejercicio durante el día puede facilitar la conciliación del sueño. Sin embargo, evita actividades físicas intensas al menos dos horas antes de acostarte para no estimular en exceso el organismo.