Densidad mamaria: más allá del titular
Qué cambia en tu cribado y cada cuánto repetir pruebas
Puede que últimamente te hayas topado con noticias sobre la “densidad mamaria” y te preguntes de qué va todo esto. Si tras una mamografía te han informado de que tienes mamas densas, es normal sentir inquietud: ¿es algo malo? ¿Afecta a tu riesgo de cáncer o al tipo de pruebas que necesitas?
Para resolver estas dudas, consultamos al Dr. Ricardo Cubedo, oncólogo del MD Anderson Cancer Center Madrid, director de la Fundación SOLOMed y consejero científico en ATRIAClinic, sobre qué significa realmente la densidad mamaria y cómo influye en tu salud.
No es una enfermedad ni un motivo de pánico, pero sí un factor importante para tener en cuenta porque puede cambiar la manera de realizar el cribado del cáncer de mama. De hecho, estudios recientes confirman que la densidad mamaria impacta tanto en el riesgo de desarrollar cáncer de mama, como en la eficacia de su detección mediante mamografías.
¿Qué significa tener mamas densas?
La densidad mamaria simplemente describe de qué está hecha tu mama: cuánto tejido “firme” (glandular y fibroso) tienes en comparación con grasa. En las mamografías, la grasa se ve oscura, y el tejido más firme aparece blanco… igual que los tumores. Por eso, cuando una mamografía se ve muy blanca, decimos que son mamas densas. No significa que haya ninguna enfermedad: es solo una característica natural de cada mujer.
Los radiólogos dividen la densidad en cuatro categorías (A, B, C y D) siguiendo el sistema BI-RADS:
Se considera que tienes mamas densas si estás en C o D. Esto es frecuente en mujeres jóvenes o delgadas, y suele bajar con la edad.
Que cuanto más densa es la mama —especialmente en categoría D— más difícil puede ser detectar un bulto en la mamografía porque todo se ve blanco sobre blanco.
Aquí es importante no confundir las letras con los números del sistema BI-RADS. Ambos forman parte del informe, pero no significan lo mismo:
Expresa lo esencial. Si las imágenes parecen benignas, sospechosas o claramente malignas.
Indica cuánta densidad tiene tu mama, y por tanto con cuánta seguridad puede el radiólogo emitir ese juicio.
Fuente imagen: libro “Imagen Médica en Patología Mamaria”, una colaboración entre la Universidad Complutense y la Fundación Tejerina
¿Cómo sé si mis mamas son densas?
La densidad de tus mamas solo puede saberse mediante mamografía; ni la apariencia ni la autoexploración sirven. El radiólogo clasificará la densidad en tu informe.EnEE.UU.es obligatorio notificarlo a la paciente, en España, aunque no es ley, puedes solicitar esa información.
El Dr. Cubedo enfatiza que tener mamas densas "es muy común y no es en sí mismo preocupante"; la utilidad de saberlo radica en que la densidad puede afectar a dos cosas clave: tu riesgo de cáncer de mama y la capacidad de detectarlo a tiempo.
¿Aumenta el riesgo de cáncer tener mamas densas?
Las mujeres con mamas densas tienen un riesgo algo mayor de padecer cáncer de mama. La densidad se asocia a un aumento modesto del riesgo, como sucede con otros factores, como no haber amamantado o haberlo hecho poco tiempo o en edad avanzada.
No hay una respuesta definitiva. Se sospecha que el tejido denso contiene más células susceptibles de transformarse en tumor. En todo caso, tener mamas densas no significa que vayas a tener cáncer, simplemente eleva ligeramente la probabilidad. Por eso, si este es tu caso, es importante ser más rigurosa con tus chequeos preventivos.
El “efecto oculto”
El problema más importante de las mamas densas es que pueden esconder un tumor en la mamografía. Al ser el tejido denso blanco en la imagen, un cáncer (que también suele verse blanco) puede quedar camuflado. Esto se conoce como efecto “mascaramiento” u “ocultamiento”.
En consecuencia, la sensibilidad de la mamografía baja en pechos densos. Estudios indican que en mamas extremadamente densas la mamografía digital puede detectar solo alrededor del 70-75% de los cánceres, frente a más del 90% en mamas mayormente grasas.
Por eso las mujeres con senos densos tienen más probabilidad de un cáncer de intervalo, es decir, que el tumor se descubra entre dos mamografías de rutina (después de una mamografía normal previa).
No por ello vamos a descartar la mamografía: sigue siendo la única prueba poblacional que ha demostrado reducir la mortalidad por cáncer de mama, incluso en mujeres con mamas densas. Pero sabiendo sus limitaciones, se pueden considerar pruebas adicionales para mejorar la detección en tu caso.
Cribado en mamas densas
La buena noticia es que hoy disponemos de varias tecnologías de imagen que ayudan a complementar la mamografía cuando la densidad es un obstáculo:
Es una mamografía digital que toma imágenes de la mama desde múltiples ángulos y luego reconstruye un modelo 3D.
Mejora la visualización en tejido denso al reducir la superposición de estructuras.
La tomosíntesis puede detectar algún cáncer adicional que la mamografía 2D convencional pasaría por alto.
Utiliza ondas sonoras en lugar de rayos X.
Puede revelar lesiones que la mamografía no detecta. Sin embargo, genera más falsos positivos(alarmas que luego no son cáncer), lo cual implica más pruebas y biopsias innecesarias en algunos casos. Por eso su uso debe individualizarse y generalmente se reserva para complementar, no sustituir, la mamografía.
Es la menor prueba para evaluar los quistes (tumores benignos con contenido líquido).
Es la prueba más sensible que tenemos hoy para detectar tumores de mama muy pequeños, especialmente en mujeres con mamas densas y cuando se utiliza junto con la mamografía en la misma revisión.
A veces se alterna un año mamografía y al siguiente RM, pero esto no es lo ideal: cada prueba detecta mejor un tipo distinto de señales tempranas.
La RM identifica mejor los tumores muy pequeños, mientras que la mamografía es más eficaz para ver microcalcificaciones, que son la pista de algunos cánceres in situ, una fase muy temprana del cáncer de mama. Por eso, la detección más precisa se obtiene cuando se combinan ambas técnicas.
Hoy en día, la RM es la prueba de referencia para el diagnóstico precoz en mujeres con alto riesgo hereditario. Muchos especialistas creen que también debería usarse de forma preferente en mujeres con mamas densas.
Existen métodos más nuevos en estudio, como la mamografía con contraste (que usa un medio de contraste yodado para resaltar posibles tumores) o la ecografía automatizada (ABUS).
Estas técnicas podrían mejorar la detección en mamas densas en el futuro, pero aún no están ampliamente disponibles.
Por eso, conversa con tu médico sobre las opciones según tus factores de riesgo y preferencias. Juntos podéis decidir si conviene agregar alguna prueba a tu mamografía periódica.
¿Cada cuánto hacer los controles?
Tener mamas densas no cambia radicalmente cuándo debes realizar los controles, pero sí puede ajustar algunas recomendaciones:
En España, el programa de cribado poblacional (para mujeres con riesgo promedio) invita a realizar una mamografía cada dos años entre los 50 y los 69 años. Estos programas dependen de cada comunidad autónoma, por lo que puede haber diferencias en cómo se organizan.
Muchas mujeres quedan fuera del cribado público, por lo que conviene individualizar.
En España, algunos especialistas recomiendan una mamografía basal entre los 40-45 años para conocer la densidad mamaria y decidir si basta con esperar al programa oficial o si conviene un seguimiento más estrecho.
Pero la densidad no es el único factor. El Doctor Cubedo recuerda que también importan los antecedentes familiares, la menarquia precoz, la obesidad, el alcohol o no haber dado lactancia. Y subraya algo clave: el cáncer de mama está aumentando en mujeres premenopáusicas cada vez más jóvenes.
Por eso, mientras se debate si adelantar el cribado poblacional, cada mujer puede valorar con su médico si iniciar antes las mamografías o complementarlas con ecografía o resonancia.
La idea es no fijarse solo en la densidad, sino en el conjunto del riesgo y en un cribado más personalizado.
Mamas densas y terapia hormonal de la menopausia
Sabemos que la terapia hormonal sustitutiva (THS) para aliviar los síntomas de la menopausia puede aumentar la densidad mamaria y también conlleva un ligero aumento del riesgo de cáncer de mama a largo plazo. ¿Significa esto que no puedas tomar hormonas si tienes mamas densas? En absoluto, pero sí requiere precauciones adicionales.“Ninguna mujer debe renunciar a un tratamiento necesario solo por la densidad mamaria”, asegura el Dr. Cubedo, “pero hay que vigilar más de cerca”.
En la práctica, si has optado por THM y tus senos son densos, los especialistas suelen recomendar hacer una mamografía de control antes o poco después de iniciar el tratamiento, para tener una referencia clara de posibles cambios en la densidad. Después, se aconseja mantener controles más estrictos mientras dura la terapia.
Tener mamas densas es común y no debe ser motivo de alarma en sí mismo. Lo importante es estar informaday ajustar, si hace falta, tu plan de vigilancia.
Pregunta en tu próxima mamografía cuál es tu densidad mamaria y, con ese dato sobre la mesa, decide con tu médico la mejor estrategia para ti. Hoy contamos con más herramientas que nunca para vencer el “camuflaje” del tejido denso y detectar a tiempo cualquier problema.
“El diagnóstico precoz es fundamental”. Saber es poder, y en este tema en particular, saber puede salvarte la vida.
FUENTES:
