La disfunción sexual femenina es cualquier alteración persistente que impide disfrutar de la vida sexual de forma plena. Puede manifestarse como falta de deseo, dificultad para excitarse, dolor durante las relaciones, problemas para alcanzar el orgasmo o sensación de bloqueo emocional.
A menudo se normaliza o se silencia, cuando en realidad tiene causas claras: hormonales, físicas, emocionales o una combinación de ellas.